View Ruta por los encinares de Villaluenga in a larger map
El inicio del paseo se sitúa a la altura de la Manga de Villaluenga, el acceso es antes de llegar a Villaluenga encontraremos una cancela a la derecha de la carretera que viene desde Ubrique (se puede llegar a pie ascendiendo por el Camino de Ronda hasta Aguanueva y luego atravesando el valle de la Manga hasta este punto).
A la derecha, comenzaremos un camino asfaltado en hormigón. A unos doscientos metros divisaremos partes de la ascensión que nos conducirá hasta el encinar. Será frecuente a lo largo de nuestra ruta encontrarnos con rebaños de cabras payoyas, raza autóctona de nuestra sierra (“payoyo” es también el gentilicio de los habitantes de Villaluenga, pueblo que tradicionalmente se ha dedicado a la ganadería de estos animales). Con su leche se elaboran los magníficos quesos payoyos, que ya han merecido premios en diversos encuentros gastronómicos.
Las cancelas que veamos siempre las dejaremos cerradas. Seguiremos el carril con una subida de un porcentaje bastante alto. Al final de la parte asfaltada el carril se abre en dos partes. Tomaremos la de la derecha, donde seguimos subiendo ya por un carril sin asfaltar. Veremos por debajo de nuestra posición un gran llano con un aljibe, el primero que nos encontraremos en la ruta, y al fondo en el horizonte el acceso a los Pozos de Barría. Seguimos hacia arriba hasta encontrarnos con el segundo aljibe. Podremos cruzarnos con algunos animales como cerdos y ganado vacuno. Será entonces nuestro primer encuentro con la majestuosidad del encinar.
El camino se estrecha al introducirnos bajo las sombras de las encinas. El camino se hace ahora muy abrupto por la cantidad de piedras sueltas y el sendero que se pierde de vez en cuando. Para no extraviarnos, siempre tendremos la referencia de la Manga a nuestra derecha. Contemplaremos estupendas panorámicas de la población de Villaluenga así como el Torreón y el Cao o Navazo Alto al frente. Siempre que nos lo permita la espesura de las encinas, veremos también nuestro emblemático Higuerón y la Sierra de la Silla, así como, en la línea del horizonte, el entorno de los Pueblos Blancos de la campiña como Arcos, Bornos, Villamartín, etc. Y lo más lejano, la ciudad de Jerez de la Frontera. A la izquierda, cuando estemos en pleno corazón de la ascensión, los Pozos de Barría y el espectáculo de la Bahía de Algeciras con el Peñón de Gibraltar.
Siguiendo con el paseo, para la vuelta tenemos que tener siempre la referencia antes mencionada, pues las veredas aparecen y desaparecen dado que son de los animales que pastan por el lugar. Hay que estar siempre muy atentos para evitar torceduras. Otro de los alicientes que tiene este paseo es la contemplación del vuelo de nuestras aves rapaces, especialmente los abundantes buitres leonados. Entre los elementos antrópicos más interesantes, además de los aljibes mencionados, llamarán nuestra atención los pozos de nieve, testigos de un trabajo ya desaparecido de nuestra sierra, el de los neveros.
[Fotos: Paco Solano]
Para mayor información sobre ésta y otras rutas, contactar con Paco Solano en el teléfono 645 169 546
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