8 de febrero de 2013

Senderistas ubriqueños por el mundo: Aransa, Pirineos leridanos

Inauguramos una nueva sección en nuestro blog. Hasta ahora nos hemos venido dedicando a mostrar rutas por el término municipal de Ubrique y su entorno más inmediato. Lo seguiremos haciendo, pero en este nuevo apartado vamos a proporcionar otro enfoque: rutas por otras zonas, más o menos alejadas de Ubrique, realizadas por senderistas de nuestra localidad y su comarca. Nace pues, Senderistas ubriqueños por el mundo, con una nueva ruta vivida y contada por Antonio Morales Benítez. Se trata en esta ocasión de una preciosa travesía sobre la nieve por las inmediaciones de Aransa, en los Pirineos leridanos. Os dejo con su crónica y fotografías.


Texto y fotos por Antonio Morales Benítez

Deslizarse con raquetas de nieve entre bosques y prados de alta montaña constituye toda una aventura invernal que hemos realizado gracias a nuestros amigos catalanes que nos condujeron el pasado 26 de enero por uno de los valles más alto de Europa, el de la Cerdaña, una zona fronteriza entre el Principado de Andorra y la Sierra del Cadí, un paraíso envuelto de montañas donde desaguan algunos lagos pirenaicos hacia el río Segre. Concretamente nuestra excursión discurrió en una zona próxima a la localidad de Aransa. Hasta allí se llega por la carretera que une Puigcerdá con la Seo de Urgell, hasta que, a la altura de Martinet, se debe coger otro cruce hacia Lles de Cerdaña y Aransa. Y desde este punto, ya siempre con cadenas, hasta la estación de esquí nórdico de Aransa. Una vez allí se inicia una ruta ascendente de unos 10 kilómetros entre un bosque espeso de pinos caminando a través de un entramando de senderos, todos ahora borrados por la nieve, y campo a través. Sólo las huellas de otros excursionistas y las señales rojas en los troncos de los árboles deben servirnos de guía. Conforme vamos ganado altura iremos tomando conciencia de la grandiosidad de las moles que nos rodean. Evidentemente se trata, para los que no estamos acostumbrado a llevar raquetas, de una ruta exigente, con cierta dificultad en los tramos finales pero que tiene su recompensa cuando se corona el alto del Mirador a 2.450 metros, donde se disfruta de una magnífica panorámica sobre el Alto Urgell, la Cerdaña y la Sierra del Cadí  Hasta que un cambio repentino en la meteorología, y lo avanzado de la hora, aconsejara iniciar un rápido descenso. Ahí van esas fotos de esta aventura pirenaica.









































































































1 comentario:

  1. Magnífica crónica y magníficas fotografías. Felicidades, Antonio. Realmente fue una extraordinaria experiencia, no sólo para vosotros que nunca habías tenido ocasión de practicar una ascensión con raquetas, sino para todos los que tuvimos la suerte de participar. El día fue magnífico, con sol, y las vistas como se puede apreciar eran soberbias.


    Marcel

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