Costumbre ancestral es en Ubrique la singular celebración del día 3 de mayo, conocida generalmente como el Día de la Cruz o de las Cruces, y que en nuestra localidad corresponde al Día de los Gamones. La fiesta de los Gamones o de las Candelas tiene un origen desconocido que se pierde en la noche de los tiempos, y es objeto de interés de historiadores y antropólogos que intentan, aún sin demasiados resultados, averiguar su génesis y desentrañar su simbología. El Día de los Gamones es una fiesta muy arraigada con el campo, con nuestro entorno natural, pues el protagonista indiscutible es el gamón, una planta que crece de forma natural por nuestros alrededores.
También llamado asfodelo (Asphodelus spp.), es una planta liliácea que se extiende por el centro y sur de Europa. Los antiguos griegos creían que los Campos Elíseos estaban completamente tapizados de esta planta, y por ello las usaban en las ceremonias fúnebres. En múltiples fincas y montes de Ubrique y toda la Sierra de Cádiz se pueden encontrar matas de gamones, que en primavera desarrollan largas varas (los propiamente llamados gamones) cuyas puntas florecen. Son estas varas las que protagonizan la fiesta ubriqueña de cada 3 de mayo, por la noche. Días antes de la celebración, los ubriqueños salen al campo a recolectar gamones, pues todo aquél que quiera participar en la fiesta debe procurarse una buena cantidad de éstos (un buen haz o "jace").
El día de la fiesta, se hacen hogueras en diversos rincones de la localidad, encendiendo la noche. Para ello, además, los niños de cada barrio han estado semanas acumulando leña y viejos enseres susceptibles de alimentar el fuego, y vigilándolos celosamente para evitar la rapiña de pandillas de otras zonas del pueblo. Tener la candela más grande también es motivo de orgullo entre los niños y no tan niños ubriqueños que organizan la fiesta de manera espontánea cada año. En estas candelas, una vez que tienen un buen porte, se introducirán los gamones, entre los rescoldos, para que se calienten. Una vez que el gamón "silba" (emite un sonido característico), debido a la ebullición de la savia en su interior, es el momento justo de sacarlo para acto seguido y sin esperar más, golpearlo fuertemente contra alguna piedra u objeto firme dispuesto a tal efecto. En ese momento de la "crujía" del gamón, éste explosiona, emitiendo una sonora detonación, cuyos ecos la sierra circundante devuelve redoblados.
La "Crujía de los Gamones", generalmente invocando "a la salud de fulanito" o "a la salud del día de la cruz", por ejemplo, se convierte en un gesto primigenio, vivaz y sorprendente para el foráneo, que se verá en esos momentos envuelto en la magia de una noche cálida, luminosa y explosiva, ruidosa, joven, en una palabra especial.
Complemento a las candelas y crujías de gamones era, en otros tiempos, la tradición de las coplas de columpio, juego en el que participaban las niñas, alejadas de la brutalidad masculina de los gamones.
Respecto a los oscuros orígenes de esta fiesta, hay quien cuenta que en principio eran los pastores en el monte los que crujían gamones para ahuyentar a los lobos lejos de los rebaños. Otra versión es la que asegura que durante la Guerra de la Independencia, ante la amenaza de que un destacamento francés entrara en la localidad, los ubriqueños aguzaron el ingenio para, con el ruído de las "crujías" hacer creer a los invasores que estaban fuertemente armados.
En cualquier caso, toda una experiencia para los sentidos del visitante, que será acogido con la hospitalidad sincera y cálida que caracteriza a los ubriqueños, para disfrutar de esta fiesta tan pegada a la tierra, tan ligada a nuestro entorno natural, como es la del Día de los Gamones. Esta celebración ha sido declarada por la Junta de Andalucía como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
A la hora de recolectar gamones, se recomienda cortarlos, no arrancarlos de raíz, y limpiarlos en el campo, para permitir que las semillas queden en la tierra y sigan reproduciéndose, asegurando la "cosecha" del próximo año, además de minimizar el daño al ecosistema (no hay que olvidar que el término municipal de Ubrique y otros vecinos se encuentran entre los parques naturales de la Sierra de Grazalema y de Los Alcornocales).
[Fotos: Paco Solano y Esther Carrero]